Las manzanas cuentan con una serie de beneficios y propiedades que, desde un punto de vista nutricional, son sumamente interesantes.
Poseen una fina capa de piel, por lo que resulta muy fácil de digerir. Puede ser conservada en frío, por lo que puede ser una fruta sumamente refrescante. Ni qué contar lo práctico que puede resultar su consumo, dado que nos permite mordisquearla incluso llevando a cabo cualquier otra actividad.
Por sus diferentes beneficios y propiedades, y su bajo contenido calórico (apenas 80 calorías por 150 gramos), la manzana se convierte en una de las principales opciones para poder tomarla a media mañana, cuando nos encontramos entre el desayuno y el almuerzo.
En lo que se refiere a su perfil nutricional, una de sus principales virtudes es su acción reguladora del intestino, algo que es posible gracias a que es rica en fibra soluble e insoluble.
Por ejemplo, una manzana de 150 gramos aporta unos 5 gramos de fibra, algo que se une a sus 16 gramos de azúcares (fructosa, sacarosa y glucosa), y 22 gramos de carbohidratos.
Contiene flavonoides y polifenoles por lo que es rica en antioxidantes, en vitaminas del grupo B (B1, B2 y B6), vitamina C, fósforo, potasio y calcio.
Además, gracias a la presencia de ácido málico y tartárico facilita la digestión de aquellos alimentos que posean un alto contenido en grasas.